6 de diciembre de 2006


Algunas consideraciones entorno a las relaciones de Poder entre la sociedad chilena y el pueblo mapuche.

El poder ha sido analizado como una necesidad Foucault se pregunta ¿Cómo se ejerce el poder en la visa cotidiana?, por medio de la genealogía del poder intenta abarcar la forma histórica que explica la constitución de saberes discursos. Existiría una relación estrecha entre poder y discurso, de verdad subordinada al poder.

El poder es algo que debe entenderse en el plano relacional, es decir de las relaciones que suceden entre individuos, pero este tipo particular de poder, el de la sociedad chilena por sobre el pueblo Mapuche, se encuentra institucionalizado desde el aparato de Estado Nación Chileno, por ello intentare escarbar en los orígenes de esas relaciones de desigualdad para con el Pueblo Mapuche, de modo de descubrir cuáles fueron los distintas instancias que dieron pie a la existencia y reificación de un sentimiento de superioridad del chileno frente al mapuche, cuáles son los fundamentos de una relación de desigualdad generada a partir del no reconocimiento de los pueblos indígenas en Chile.

Como sabemos desde sus orígenes el Estado chileno ha concebido a su población como homogénea, “aquí todos somos iguales, indígenas existen pero se han mezclado con los españoles”. La historia del pueblo Mapuche ha sido negada por los historiadores, el Estado y por la sociedad nacional chilena. Ha sido golpeada a lo largo del siglo XX por múltiples estrategias (modelos externos) para su asimilación.

El pueblo mapuche inconcientemente ha asumido a lo largo de años la obediencia a un mandato de inferioridad, pero esto no quiere decir que como sociedad asumieran porque sí una estrategia de dominación, se trata de una imposición una estrategia política de subordinación, de interiorizar en el dominado un sentimiento de culpa por ser lo que es, un sentimiento de inferioridad.

Sergio Villalobos, Premio Nacional de Historia 1992, es uno de los exponentes de este discurso, es la autoridad que ha escrito los libros de historia que han formado a miles de estudiantes de enseñanza media, imponiendo la categoría de Araucano, desestimando toda la historia de abusos y dominación de que ha sido objeto el pueblo mapuche. Hace un tiempo en una entrevista al medio periodístico LUN dice "Siempre se piensa en una dominación terrible, con despojos y violencia, pero nunca se tiene en cuenta que los araucanos fueron protagonistas activos de su propia dominación".

Para Villalobos los Araucanos fueron agentes de su propia dominación, motivados por:
Intereses de toda clase. Necesitaban el fierro, el aguardiente y el vino sólo tenían una chicha de mala clase hecha de maíz o frutilla; les interesaban los espejos, las baratijas, los adornos, la ropa, los géneros, los corvos, las espadas... son unos simples burgueses y es natural, porque el ser humano quiere tener lo que no tiene... y el chileno y el español representaban eso. Entonces vamos tratando con ellos y haciendo comercio. Luego vino el mestizaje y la transculturación. No fue sólo guerra ni despojo.... Hoy hablamos de relaciones fronterizas, no de dominación. No fuimos nosotros los culpables, fueron ellos mismos.”
Son estos argumentos los que generan en la sociedad en general el sentimiento de superioridad, en las relaciones de poder los mapuches quedan subordinados y vistos paternalistamente. Es por ello que intentare abordar desde una perspectiva histórica los distintos elementos que delinearon este tipo particular de relación asimétrica del poder.


Antecedentes históricos del Pueblo Mapuche.

Para Quijano (2003) América es el 1º espacio –tiempo de un patrón de poder mundial donde corvengen dos procesos históricos que son ejes del nuevo patrón de poder: por un lado la codificación de diferencias en la idea de raza, y por otro la articulación de todas las formas históricas de control del trabajo y de recursos, productos en torno del capital y del mercado mundial.

La dominación Mapuche surge a mediados del siglo XVIII, aparece el contacto con los dispositivos de dominación colonial, los Parlamentos fueron las primeras relaciones interétnicas, entre españoles y mapuche. Debe reconocerse el hecho que como sociedad no estaban homogéneamente organizados, no existía una concepción de pueblo como lo conocemos hoy, la sociedad mapuche a lo largo de su historia ha ido reconstruyéndose, constantemente, intentaremos mostrar como este es un elemento que le ha permitido su existencia hasta hoy. Estos Parlamentos eran relaciones bilaterales, principalmente para acordar términos comerciales, se trataba de una sociedad ganadera, nómada, la relación se dio entre dos naciones.

La antigua sociedad mapuche fue internada en un nuevo contexto de relaciones, antes la autoridad no era permanente con el desarrollo de los parlamentos y la incipiente economía ganadera fue haciéndose necesaria la existencia de representantes más permanentes.

Los parlamentos tenían una función ritual, eran una suerte de maratón discursiva, no existía una unificación lingüística, es decir una plataforma cognitiva, por lo que cobraban importancia los traductores o mejor llamados Lenguaraz y los capitanes de amigos que eran actores locales.

Por otro lado el mestizaje biológico fue generalizado, la filiación diferenciada, que postulan autores como Villalobos, era social y no racial, tempranamente los mapuche fueron incorporando a españolas entre sus mujeres, aparece la figura femenina de la “Chiñurra”, mujer blanca que vive como una mapuche más.

En la sociedad mapuche el concepto de tradición era inexistente (Bengoa), allí estaba su fuerza se trata de una sociedad segura de si misma, no había temor a perder su fortaleza, se apropiaron del caballo, y de armas de guerra, usaban las ropas españolas pero con la intención de mostrar superioridad frente al enemigo español. Estos mismos hechos Villalobos los ha interpretado como un interés por lo material, creo que su planteamiento esta basado en una mirada desde la modernidad de ambición, un pensamiento inexistente en la sociedad mapuche hasta ese entonces. Este argumento es clásico de los teóricos que siguen los lineamientos de Hobbes con el Leviatán donde los indígenas son vistos como naturales, poseedores de todos los atributos negativos (la envidia, la traición, etc.) del ser humano, la clásica idea de que el hombre es malo por naturaleza.

Pero como antes mencionaba los mapuche no tenían unificada una estrategia para enfrentar a los españoles, las alianzas muchas veces estaban en contradicción entre los propios mapuche, comienza un periodo de rebeliones y guerras internas.

Poco a poco el poder va haciéndose hereditario, comenzando las diferencias y conflictos constantes entre la autoridad tradicional Toqui consuetudinario, y el Lonko que desempeñaba relaciones estratégicas con los chilenos. El proceso de independencia de Chile 1810 llevo a que los distintos sectores de la sociedad mapuche tomaran partido en busca de una mejor posición frente al nuevo escenario. Todo lo anterior para mostrar que en la sociedad mapuche los roces políticos no estaban ausentes.

Como bien nos dice Pierre Clastres, el poder político es universal y no puede dividirse entre sociedades con y sin poder, sino que existen dos tipos de poder el coercitivo y el poder no coercitivo. El primero es propio de las sociedades con Estado institucionalizado y centralizado, el segundo es el que caracteriza a las sociedades tradicionales, basadas en el parentesco y en autoridades carismáticas.

Clastres nos muestra que la dualidad poder-coerción no es un modelo de poder verdadero, las sociedades occidentales son sólo un caso, no hay razón científica de tal privilegio. "Aun si no hay institución política, lo político está presente, el poder político no es inherente al hombre, no es una condición natural, pero si lo es a la vida social."

Para Balandier en las sociedades sin estado, como la sociedad mapuche, el poder se halla en un circuito pre-político (parentesco, religión, economía), el poder político es inmanente a toda sociedad, aparece como un producto de la competencia y como medio para contenerla, por tanto debemos quitar la idea de que las sociedades tradicionales están carentes de relaciones de poder. En las sociedades pre-políticas ritual y ceremonia son instrumento de acción política, poder y símbolos confieren a la sociedad de medios para afirmar su cohesión interna y expresar su personalidad. El poder cobra aspecto de una necesidad inherente a toda vida en sociedad, expresa la coerción así, el poder debe justificarse manteniendo un estado de seguridad y prosperidad colectivas, todo esto se ve transformado con la formación de los estado nación.

1881 Chile se abre a la pacificación de la Araucanía, para el pueblo mapuche ese momento se recuerda como un hito de resistencia, fue la vez en que todos los sectores se unieron para enfrentar a los chilenos, decían “debían morir muriendo”, la dominación era inminente y evidente, por lo que la guerra era el rito que les otorgaría continuidad histórica. (Bengoa) vendría el paso de indio a campesino. Expondré brevemente las etapas siguientes de la relación entre el estado chileno y la sociedad mapuche en 5 periodos.

En un primer periodo la radicación en reducciones desde 1884 a 1931, transformó a la antigua sociedad ganadera y ecuestre con independencia política y también económica, en una sociedad empobrecida y campesina. A los agrupamientos arbitrarios de población que no respetaron la organización tradicional Mapuche, se suma el problema de la tierra, se hace necesario introducir el concepto de valor de la tierra que antes siempre fue para el trabajo comunitario de las familias.

A pesar de los esfuerzos de la elite política chilena, el espacio de la reducción permitió el fortalecimiento de la cultura. Un elemento clave para comprender los ejes articulados que han sostenido los mapuches es la rápida inclusión a las formas organizativas que se iban formando en la sociedad nacional. Por ejemplo en las primeras décadas del siglo XX se formo la “Corporación Araucana”, así también la “Sociedad Caupolican Defensora de la Araucanía” que planteaban una integración respetuosa, lamentablemente sabemos que el Estado chileno nunca ha tomado en serio ninguna de las organizaciones mapuches.

El segundo periodo de 1931 a 1967 es el de la plenitud de la sociedad reduccional, la “congregación ritual” que habla Luís Faron en “Los Mapuches: su estructura social” es la relación estrecha entre la comunidad , la religión y el parentesco. La ceremonia de ngüillatún reúne físicamente la red compleja y cerrada de parientes. Este es un efecto del problema de la tierra, que obliga a cerradas alianzas matrimoniales al interior de la comunidad.

En términos de participación política Mapuche en el tercer periodo de 1967 a 1973 “La Federación Campesina e Indígena de Chile, Asociación Ranquil” (1962) es otro ejemplo de adopción de organizaciones huincas (Chilenos- extranjeros), similar a la Federación Obrera de Chile FOCH, aportó en la formación de la Central Única de Trabajadores CUT, poco a poco los mapuches se vieron en semejanza con los discursos de Izquierda. El problema que surge es que la izquierda - no sólo la chilena – se niegan a una separación y subsumen a los indígenas a la masa campesina. Con la Reforma Agraria vinieron nuevas formas de organización, el indigenismo se desacreditó y dinamitó surgiendo muchas nuevas organizaciones.

Un cuarto periodo que comprende desde 1973 a 1990 se lleva a la práctica un intento de destruir a la sociedad Mapuche, por parte del gobierno militar y la derecha, la imagen revolucionaria extremista y bárbara que la sociedad chilena ha configurado en todos estos años legitima una nueva política divisionista de la tierra, y el ingreso de la propiedad privada. En términos prácticos no significó ni un avance ni un retroceso en el tema de las tierras, y los mapuches se alejan del resto de los movimientos sociales chilenos.

Finalmente un quinto periodo desde 1990 hasta hoy, se produce un cambio cualitativo en la situación de los pueblos indígenas. La celebración de los 500 años de la usurpación hispana, junto con el retorno a la democracia el año 1989, juntoa la aparicion de represas hidroeléctricas, configuran el momento propicio para la explosión de movimientos. Lo cierto es que para los propios mapuches que han estado durante toda su historia enfrentándose los ataques de partes del estado chileno, términos como “emergencia étnica” o “etnogenesis Mapuche” no les parecen apropiados. Estos conceptos resultan de la necesidad de cuentistas sociales de conceptualizar fenómenos como la visibilización del pueblo Mapuche frente a la sociedad nacional.

Nuevos sectores se acercan a los mapuches para restablecer el diálogo, la concertación se compromete y crea en un principio la CEPI y más tarde la CONADI (estamento que a nivel estatal tiene muy poca presencia), en términos legales desarrolla la Ley Indígena 19.253 de 1993, para la protección de la cultura. además de la reciente Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato 2002. En una década el estado chileno no ha realizado ningún reconocimiento de los temas fundamentales, tales como la ratificación del convenio 169 de la OIT (1989), y el reconocimiento como nación.

Otro elemento que toma preponderancia en este periodo es la globalización de los medios de comunicación a nivel mundial. La internacionalización ha resultado ser un tema que para los pueblos indígenas, por tanto para los Mapuche, ha obligado a replantearse las estrategias políticas de lucha de sus derechos como nación, y a la libre determinación y el ejercicio de sus derechos consuetudinarios.


Consideraciones respecto al poder

Ahora bien, luego de esta contextualización breve y no muy precisa en términos teóricos, quiero proponer que las relaciones entre el Estado nación chileno y el pueblo mapuche a existido siempre una situación de subordinación, sin duda por lo que dice Quijano, la construcción de la categoría de raza en América generó que todas las poblaciones indígenas quedaran subordinadas a una categoría de inferioridad eso es lo que él llama colonialidad del poder.
idea de raza, una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial” (Quijano:2003)
Esto se ve marcadamente en chile con la formación de el estado moderno, la sociedad chilena no logra aceptar la existencia de pueblos indígenas, no ocurrió así en países con una población indígena muy superior, sin embargo esta categoría de inferioridad, a pesar del reconocimiento de estados plurinacionales, las poblaciones indígenas quedan subsumidas a categorías paternalistas de inferioridad, son siempre el hermano chico en los países donde han existido ancestralmente.

El poder político nos dice Weber, organiza la dominación legítima y subordinación, crea una jerarquía propia de la desigualdad. Los orígenes de esta dominación deben buscarse en la formación de los estados nación. No hay sociedad sin poder político, no hay poder si jerarquía y relaciones de desigualdad (individuales o como sociedad).

La formación de relaciones sociales fundada en la idea de Raza produjo en América identidades sociales históricamente nuevas, así la idea de Raza otorgó legitimidad a la relación de dominación de la conquista, la constitución de Europa y la expansión del colonialismo Europeo. (Quijano)

Según Bourdieu "el efecto propiamente ideológico consiste en la imposición de sistemas de clasificación políticos bajo las apariencias legítimas de taxonomías filosóficas, religiosas, jurídicas, etc. El poder simbólico reside en los “sistemas simbólicos” se define en y por una relación determinada entre los que ejercen el poder y los que lo sufren, es decir, en la estructura misma del campo donde se produce y se reproduce la creencia (los símbolos de poder son capital simbólico objetivado y su eficacia está sometida a las mismas condiciones.)

Esta identidad histórica sobre la base de la idea de raza, tomo lugar en la nueva estructura global de control del trabajo, así raza y división del trabajo quedaron estructuralmente asociados y reforzándose mutuamente, se impuso la división racial del trabajo. (Quijano) está imbricación de división racial del trabajo esta desde los orígenes y ha sido un sentimiento que la sociedad en su conjunto ha asumido como verdadera, como diría Berger y Luckman (1993), es un discurso que ha sido reificado.
Las habituaciones y tipificaciones en la vida común de A y B se convierten en instituciones históricas… la objetividad significa que (las) instituciones se experimentan como existentes más allá del individuo como si poseyeran una realidad propia…en la transmisión a nuevas generaciones la objetividad del mundo institucional se endurece, para los hijos y los padres ya no es tan fácil cambiarlas.” (pp:78)
… A la vez que este cuerpo de conocimiento se transmite a la generación inmediata, se aprende como verdad objetiva en curso de socialización, así se internaliza como realidad subjetiva…” (Ibíd.)
Esto es lo que sucedió con la relación entre la sociedad nacional y el pueblo mapuche, cada generación nueva ha crecido y ha subjetivado un discurso homogenizante, que ignora, descalifica y subestima todas las riquezas que como sociedad tiene el pueblo mapuche. Exaltando su sentido guerrero, porque ese es el único aspecto apropiado por los chilenos, respecto al mapuche.

El eurocentrismo es una específica racionalidad que se hizo hegemónica mundialmente colonizando, superponiéndose a todas las demás previas y diferentes y a sus respectivos saberes concretos tanto en Europa como en el resto del mundo. Para Quijano la colonialidad del poder basada en la imposición de la idea de raza (instrumento de dominación) ha sido factor limitante del proceso de construcción del estado nación basado en el modelo eurocéntrico. Esto porque las elite oligárquicas a cargo de la construcción de los estados nacionales en América, no habrían desarrollado un sentimiento de nación con los habitantes originarios, pues siempre estos últimos, han sido marginados de la construcción de una identidad nacional.
La sociedad chilena ha interiorizado y resignificado los discursos homogeneizantes, porque el pueblo mapuche siempre fue visto como atrasado, la no existencia de un poder estratificado y profundamente institucionalizado, es el elemento que les permite hablar de lo poco desarrollado de la política en ellos. Por eso comenze este ensayo contextualizando brevemente la historia del pueblo mapuche, se hace necesario revisar los argumentos que desde el estado se generan y reproducen en las escuelas, que son el agente socializador de estos discursos genocidas.
Los sistemas simbólicos cumplen su función política de instrumentos de imposición o de legitimación de la dominación, que contribuyen a asegurar la dominación de una clase sobre otra violencia simbólica (de una nación sobre un pueblo). Lamentablemente en el caso de la sociedad mapuche, la dominación no se presenta solo en el plano de lo económico de la clase social, se entremezclan con relaciones de raza, clase y género, dicen por allí que “las mujeres son más indias”. Si revisamos los puestos de trabajo a los que aspiran mujeres indígenas en la ciudad, éstas siempre se encuentran por debajo de los hombres indígenas, las mujeres tienen en Chile sueldos por debajo de sus conteneros, pero si la mujer es mapuche o peruana, tendrá sueldos incluso más bajos que mujeres chilenas, en las mismas condiciones laborales.
Intento mostrar que la subordinación y dominación está tan arraigada que sólo la persistencia de organizaciones mapuche, de continuar ocupando espacios públicos, permitirá cambiar la mentalidad racista de la sociedad chilena.

A modo de conclusión

En el presente ensayo intenté mostrar como se ha institucionalizado las relaciones de poder entre la sociedad chilena y el pueblo mapuche, ubicando a este último en una situación de dominación. Muchos historiadores como Villalobos, plantean que los mapuche fueron actores de su dominación, este argumento a mi parecer se encuentra agotado, no tiene sustento, lo demuestra la existencia de movimientos políticos mapuches en la actualidad.

El problema político no consiste en cambiar la conciencia de la gente sino hay que cambiar el régimen político, económico institucional de producción de esa verdad.

Como WALLMAPUWEN que es la construcción de un Partido Político Mapuche vinculado a los interese particulares del pueblo, hoy podemos ver a Mapuche liderando Municipios, y siendo parte activa en sindicatos, gremios, organizaciones, y pese a múltiples obstáculos los mapuches están y siguen vigentes.

Al exponer un poco la historia del pueblo mapuche intente mostrar las distintas transformaciones, los mapuches participaron activamente de todas las instancias políticas que el estado chileno ha generado, en la sindicalización campesina tuvo una fuerte presencia.

Es indudable que a partir de la década de los 90 y con la celebración de los 500 años del descubrimiento de América, la situación y visibilización de los indígenas cambio, este es el momento en que comienza a cambiar de a poco la visión de la sociedad en su conjunto, se comienzan a aceptar y a ser mal visto la discriminación o los abusos de poder sostenidos sólo en una supuesta superioridad racial. Pero la sociedad mapuche no descansa sigue y seguirá en pie, pues la debilidad política que algunos vieron, la carencia de una única autoridad centralizada continua presente hasta hoy, y más que un agotamiento se ha convertido en su fortaleza.

Marichiwew!!!!!

1 comentario:

AnTiNaTyViDá dijo...

este documento, un poco extenso lo reaize en la cátedra de sociología politica con Garretón, como me gustó bastante lo subi
si le parece interesante pero un poco extenso mande un mail y se lo envio personalmente.
si ya lo leyo, lo felicito es usted un avezado lector y muy inteligente jejeje